lunes, 30 de julio de 2007

Me vio lejana...

Me vio lejana, quería saber y preguntaba:
-¿Estás triste, afligida, hice algo mal... qué es lo que pasa?-
Yo callada mirando el infinito
pensando y pensando contemplaba
nada de hoy y de ayer todo, todo
lo que es y que no es nada.

Pasaba todavía, aterradora,
mi vida dibujada en la ventana.
No supe que decir... no dije nada.

Sujetó mi mano
hinchóse de dolor llena mi alma,
callado contemplaba: con sus ojos pálidos,
mis ojos, mi mirada alejada.
Con un silencio profundo
que no cortaban las palabras
apreté con mis dedos sus dedos, bastó
sólo un momento para darse cuenta
sólo un momento viéndome a la vez
tan agitada y en calma.
Mi voz, mis ojos, mis sentidos todos
autistas de este mundo viajando
por mi historia de felices recuerdos ...
¡tan infelices estaban!
Miróme fijamente y comprendiendo
qué pasaba, giró despacio su cabeza
y comenzó de a poco a ver pasar
mi alegría dibujada en la ventana.
Permanecimos largo rato callados, silenciosos
y gritando por los ojos el alma.

Ya no preguntaba
dijéronle mis ojos tanto más que las palabras...
tornó la vista hacia mí y mi mirada,

perdida en el pasado reflejado en la ventana
y mis labios, diciendo tantas cosas y no diciendo nada.
Me encontró otra vez lejana y ya no preguntaba
yo perdida en los recuerdos no tuve que decir...
ni hubiera dicho nada.

Los dos callados, perdidas las miradas
afirmamos nuestras manos, los dedos enlazados.
Sabíamos que era pasajero
no cruzamos las miradas
y estuvimos en silencio cada uno
contemplando una ventana
respiramos...
y no dijimos nada.

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